El primero de la iniciativa de escribir cuentos comunales en twitter, este tuvo continuidad con el hashtag #cuentoTuiteroCompartido pero es probable que después cambie a #LunesCuenteros para poder compartir el cuento los martes por la noche en el programa Ad Libitum Nights en http://adlibitumnights.listen2myradio.com/
Estén atentos por si quieren participar la próxima semana.
Este cuento fue escrito por @OBJuz (yo) y el buen Alex Z - @AlexZG1
---------------------------------
Hoy podría
ser un día como todos, excepto por ese cosquilleo en mi nuca, esa ansiedad que
no extrañaba; siento como si con solo salir de la cama estuviera cometiendo un
error.
Se vuelve
una agonía levantarse y hay una sensación de desasosiego inmensa ¿Qué hacer
primero?
Hoy no puedo
apegarme a la rutina, no puedo siquiera preparar el desayuno de siempre, no es
un buen día para tener un cuchillo entre mis manos, pienso en dejarlo pero por
alguna razón lo meto al portafolios en vez de dejarlo en casa; en ese
portafolios que se ha vuelto una cruz que he de cargar día tras día en una
monotonía que me abruma.
Es muy
temprano para tener estos deseos pero la noche anterior no fue precisamente la
mejor, en definitiva, no me bañaré para salir, no estoy para quedar bien con
nadie, además, tampoco estoy como para que nadie se me acerque; el trabajo está
a 15 minutos en metro pero hoy prefiero caminar, ese mar nauseabundo de gente
solo hará esto peor; afortunadamente esta zozobra ni siquiera me dejó dormir
bien, tengo tiempo.
Medio muerdo
un poco de pan pero la nausea que comenzó ayer no se ha ido, mejor salir
finalmente y no prolongar más esto. El aire frío en mi rostro me tranquiliza un
poco, me recuerda esos viajes de cacería en el bosque; lástima que no pueda
contarle a nadie sobre ellos, aunque quizá debiera, ¿cómo sería la reacción de
las personas a quienes contara de mis pequeñas “aventuras”? Ya me imagino sus
caras al preguntar “¿Y qué hace una mujer como tú sola en el bosque matando
animales?”
Más risa me
daría su expresión si contestase “tratando de hacer lo posible por no matarte a
vos” - mi afición por usar expresiones como “vos” proviene de mi eterna pasión
por Benedetti y Oliverio y mi inexplicable e insana adicción a Astor Piazzolla - seguro se lo tomarían a juego y está
bien, hace más fácil mantener esta mascarada.
Ojala alguno
de esos sonidos o versos me diera hoy el consuelo que busco, pero hoy no, hoy
mi sangre está intoxicada de deseo, hoy ni una copa de vino acompañada de la
voz de Benedetti me calmarían; solo me queda respirar profundo y entrar, pero
al pararme en esa puerta de cristal tan odiada me pregunto ¿debería entrar?
¿No será un
buen día hoy para mandar todo al diablo? Por un momento recuerdo: el cuchillo
está en el portafolios; pero no, debo controlarme, hay demasiada gente en el
hospital y la bata blanca no me ayudaría a disimular la sangre.
Finalmente
entro, dejo mis cosas y antes de cerrar el locker inexplicablemente saco el
cuchillo y lo pongo en la bata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario