diciembre 06, 2009

LA BESTIA



En lo profundo del bosque habita un extraño animal, parte lobo, parte quien sabe que, actuando con ironía pues se oculta entre las sombras pero desea con todas sus fuerzas poder andar libremente bajo la luz que se cuela entre los árboles.

Esta bestia se alimenta de los miedos y el enojo y su largo hocico, lleno de afilados y blancos dientes, escurre saliva tan solo con encontrar un asomo de odio; cuando un alma evoca estos sentimientos el animal se relame con su larga lengua, esperando la mínima oportunidad para salir.

La claridad de la luz lo mantiene oculto, aunque mira desde su escondite, vigila con atención lo que pasa afuera y con la mínima sombra lanza su aullido que en ocasiones logra oscurecer más el cielo. Desde las sombras se siente su mirada, helada y filosa, arrojada con brutalidad por esos ojos cafés inyectados de rabia.

Por suerte esta fiera no es del todo incontrolable pues se calma al sentir la brisa cálida de la tarde y al escuchar como ésta hace que las hojas de los árboles choquen entre sí; es una bestia con el don del pensamiento y la paciencia, una bestia que vive en paz con los otros habitantes de este bosque, que se mantienen alejados, más que por miedo por incomprensión, pues no logran ver la nobleza en los ojos del animal.

En tiempos de paz la creatura duerme plácidamente, arrullada por el sonido de las risas; en las sombras yace acurrucado este ser, sonriendo de una forma un tanto perturbadora, durmiendo sin cerrar los ojos y con las orejas levantadas.

Los habitantes del bosque ahora están preocupados pues los tiempos se han vuelto extraños, en ocasiones el viento que sopla es cálido pero la bestia gruñe, sus fuertes patas han dejado huellas en los lugares iluminados y ya no se sabe si duerme o vigila; sus aullidos se escuchan como susurros en los días nublados y quien lo ha visto jura que ha estado creciendo.

La bestia se ha estado alimentando y está sedienta, tiene una terrible sed de venganza y de justicia; sus instintos la llaman a salir de las sombras pero con cada paso que da las sombras crecen y se adueñan del bosque.  La creatura no puede abandonar las sombras pero puede hacer que éstas lo cubran todo.

La rabia de sus ojos es intensa pero el monstruo es honorable e inteligente y solo espera, vigilando atento con las orejas levantadas y la vista al frente, sonriendo de una manera casi obscena, tiene a su presa en la mira y espera a que se acerque, susurrando por lo bajo

acércate un poco más pequeña ave, ven a probar lo que se oculta en las sombras de este bosque

1 comentario:

  1. wop...
    Y muchos lo alimentamos cínicamente cuando nos dejamos invadir por nuestros miedos y odios día a día...
    Ojalá un día deje de ser así.

    Te quiero hermano, me gusto mucho, te regala un momento de reflexión.

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