octubre 27, 2009

Cambio Justo



Hola.

No pongas cara de que no me conoces; tienes razón para hacerlo, realmente soy un extraño para ti, aunque, no debería ser así, puedo ver en tus ojos que tenemos mucho en común.

Tendrás que perdonar mi atrevimiento pero ya me cansé de ser solo un espectador, pero no te lo tomes a mal, no es que te espíe ni nada, me refiero a mi, ya estoy cansado de ser solo un espectador de mi propia vida.

¿Que de qué me río? Deberías ver tu cara , empapada de duda y con un toque de temor. Te entiendo, si alguien como yo llegara y me hablara así… pero bueno, otro como yo no hay, eso te lo aseguro.

Pero no tengas miedo, mi intención no es hacerte daño y te prometo no lastimarte más de lo que tu me permitas. ¿A qué me refiero? Pues, en la vida he aprendido que no puedes tener contento a todo mundo y que de una forma u otra siempre hay alguien lastimado y bueno, como te dije, no es mi propósito dañarte pero, a veces pasan cosas  fuera de todo control y en ocasiones duelen, pero nunca más de lo que cada uno les permite.

Entonces, no tengas miedo, solo acepta esto como el aire en tus pulmones o la sangre en tu corazón.

No tengas miedo de mi, pero sé precavida, tampoco soy un santo, soy humano como tu y cometo errores, tengo sentimientos como todos y las pasiones también me consumen de vez en cuando.

¿Qué quiero?

Pues, siendo sinceros, necesito que me salves.

Me hace falta una heroína que me salve  de lo cotidiano, que tenga el poder de sonreír, aunque sea levemente, cuando todos los demás están llorando; que sus ojos puedan ver  a través de mi y que con sus manos desnudas pueda tocar mi alma.

Quiero una mujer que sea capaz de salvarme de la oscura fuerza del bloqueo creativo, que sea mi musa; necesito una señorita en apariencia delicada pero que tenga la fuerza necesaria para darme ánimos cuando me caiga siendo capaz de resistir las ganas de levantarme ella.

Me está haciendo falta una psíquica que sepa cuando necesito un abrazo sin que yo lo diga; necesito una heroína que además de todo conozca la sabiduría que se esconde en las palabras del silencio.

Eso quiero, además de lo que quieras darme, pero no te asustes, si no lo tienes todo no importa, lo que veo en tus ojos me es suficiente y esa sonrisa que usas de escudo contra el mundo, es como para esconderse en ella toda una vida.

Ahora, ¿qué ofrezco yo?

Pues, me ofrezco completo. Te doy todo lo que conozco de la vida y si fuera poco, también te comparto mis dudas. Te regalo todas las historias que me inspires y uno que otro suspiro.

Conmigo tienes servicio ilimitado de masajes y abrazos; miradas de todo tipo: enamoradas, sinceras, serenas, intensas y quizá, por qué no, hasta miradas en blanco para que escribas en ellas lo que gustes.

Los de mi género suelen prometer cosas como la luna y las estrellas y eso  a las mujeres les encanta; ahí sí tendrás que disculparme pues yo no poseo estos astros, pero sí puedo ofrecerte verlos contigo y tal vez contarte historias bajo la luna llena.

En fin, te ofrezco lo que me parece un trato justo. Todo  lo que quieras darme a cambio de todo lo que pueda darte. Lo que soy a cambio de quien eres. Y lo más importante, te ofrezco que aprendamos juntos sobre las cosas de la vida.

2 comentarios:

  1. Una petición de droga perfecta...bien dicen por ahí que "Nunca pidas lo que no estás dispuesto a ofrecer"

    ResponderEliminar